viernes, octubre 17, 2014

Encrucijada



Hablando hoy con mi novia sobre la carrera que va a comenzar el año próximo, su trabajo, los malavares económicos y como eso afectará nuestra relación a distancia, me quedé en modo introspectivo con respecto a mi propia situación. Desde hace tiempo que hee estado considerando buscar trabajo pero lo que me tira para atrás es el hecho de que se puede ver en peligro el cursado del traductorado. Por un lado necesito un trabajo aunque sea de medio tiempo, necesito dinero. Además no me vendría mal para ganar experiencia y de paso independizarme del entorno familiar que últimamente no me está haciendo nada bien.  El tema es que el tiempo y la energía que insume un trabajo pondrían en grave riesgo la carrera porque también consume mucho tiempo y energía. Lamentablemente es una carrera que además de las horas de cursado exige prácticamente la misma cantidad de horas en casa estudiando, haciendo trabajos prácticos y tarea. Este año las cinco materias me desbordaron por su nivel de exigencia y abandoné tres. Mi plan es el año que viene cursar cinco materias porque no quiero que la carrera se me haga eterna, cuanto mucho calculo tres años más de cursado y ya. Necesito recibirme para poder ejercer la profesión y sé que si me pongo a trabajar eso no va a suceder en un futuro inmediato.
También soy consciente que no es algo imposible el combo de estudiar y trabajar y que requiere más bien predisposición y sacrificio; dos cosas que quizás hace veinte años atrás estaba más dispuesta a hacer pero que ahora ya perdí las ganas y la estamina.  No sé si estoy dispuesta a sacrificar mi tiempo libre y mis hobbies, además sé que si lo hago eso implicaría que mis niveles de stress se irían por las nubes y me voy a colapsar como ya me ha pasado. Los colapos por stress no son nada bonito y después me tengo que tomar un mes o un año sabático para recuperarme.
Todavía no sé bien qué hacer. En mi situación un trabajo remoto que se pueda realizar desde casa y con horarios flexibles sería lo ideal, pero no sé por dónde arrancar. Lo único que sé es que necesito dinero, necesito terminar la carrera y siento que ambas cosas no van de la mano.

jueves, octubre 02, 2014

El dilema del pelo largo

El sexismo no es privativo de los hombres como la mayoría de las veces se asume, está presente en ambos géneros y a veces las mujeres hacen muestras ilógicas de prejuicios e intolerancia hacia los hombres que dejan chiquitos a más de un machista. Siempre dije que no hay peor machista que una mujer y en muchos casos el hombre machista no lo es por ejemplo de su progenitor paterno sino por directa influencia de la crianza de su madre.

 A veces es increíble que hoy por hoy aún persistan prejuicios y estereotipos trillados de la índole de que los hombres deben llevar el cabello corto y las mujeres largo y que viceversa está mal. Aunque parezca mentira todavía hay gente que piensa así: mi madre es una de ellas. Hace un rato mientras cocinaba tuvimos una pequeña discusión al respecto que devino de un comentario de algo que ella había visto en una película. Me cuenta que había pescado al pasar una película en la cual uno de los personajes llevaba el pelo largo trenzado hasta la cintura. Hastá ahí todo normal, el tema es que su comentario no solo estaba teñido de ese tono escandaloso sino también con cierto tinte de asco ante la imagen visual de un varón con pelo largo y no solo eso sino además llevando una trenza. Mi respuesta o más bien pregunta fue "¿Y?" a lo que ella, con un dejo de indignación pasó a explicarme que un hombre no tiene necesidad de llevar el pelo largo y mucho menos trenzado. Le dije que esa postura es tan ridícula como decir que la mujer no puede usar pantalones. 

La discusión se prolongó un par de minutos más entre comentarios masticados entre dientes. Uno de ellos fue "con razón el mundo está lleno de hijos de puta". Le pregunto que tenía que ver una cosa con la otra y me sale con que los hombres con pelo largo no son de confianza y seguramente son hijos de puta. La verdad a esas alturas yo no sabía si reírme o llorar y me limité a decirle "Si vas juzgar a una persona por su cabello, desde ya te digo que vamos MUY mal. ¿Así que desconfías de un tipo porque tiene pelo largo pero si se te presenta uno con el pelito bien cortito a lo "macho" como a vos te parece correcto asumís que es un buen tipo? Y capaz que ese es justamente un asesino serial..." La conversación terminó con que conmigo no se puede hablar de nada y que soy intolerante. 

Yo puedo entender que haya gente de generaciones más viejas que por ahí se criaron en otra época y que les cuesta asimilar cambios propios de lo que se vive ahora. El problema es que este prejuicio pelotudo por el pelo largo en un varón no tiene nada que ver con las épocas sino con una programación insertada en el cerebro que proviene de una gran ignorancia. Me duele mucho que cuestiones de esta índole salgan de mi propia familia, se digan en mi propia casa y no de cualquiera sino de la persona que me dio el ser. Por ahí ahora logro entender un poco  mejor gran parte de los mambos que me aquejaron durante la mayor parte de mi vida. Cuando uno se sale de la matrix ve las cosas con otros ojos, empieza a comprender porque tuvo que pelearla tanto para conseguir cosas que se suponen son normales. También cosas así me sirven para entender porque cuando pido comprension y tolorancia con respecto a mi bisexualidad o el hecho de que esté en pareja con una mujer me choco contra una pared. No puedo pretender que comprendan mi sexualidad si en su conjunto de valores ven con horror que un hombre lleve el pelo hasta la cintura.