sábado, marzo 01, 2014

Salir de la zona de comfort: nivel extremo

Es cierto lo que se dice de que la vida comienza una vez que se sale de la zona de comfort. ¿Qué quiere decir esto? Que una vez que nos aventuramos fuera de los límites seguros y conocidos comienza la verdadera experiencia, se comienza verdaderamente a vivir, comienzan los desafíos. Soy la persona menos indicada para hablar sobre esto, porque reconozco que me siento muy cómoda y me cuesta salir de mi cubil para enfrentar el mundo muchas veces. Con medio año de terapia sobre los hombros y mucha introspección, me dí cuenta que me formaron así en base a crianza y adoctrinamiento. Es increíble como los padres son maestros de la manipulación y  lavado cerebral cuando se lo proponen. Claro que no voy a quedarme con eso y seguir encerrada en esa zona segura solo porque me hicieron así. También es claro que las cadenas y el adoctrinamiento no se rompen como si nada de un día para el otro.
Recién tuve un ejemplo extremo de parte de mi mamá en cuanto a su negación de salir de su zona de comfort. Me puse a preparar un vaso de medio litro de esos que vienen con tapa y con sorbete con jugo para tener para tomar esta noche mientras miro unas películas. En la bolsa donde están guardados los sobres con los jugos instántaneos en polvo había un par que no eran de la marca que siempre acostumbramos a comprar, seguramente los trajo mi papá en algún momento. Separo uno para preparar para la cena y ella me dice que mejor prepare el de la marca que tomamos siempre. Le digo que si no usa esos de la otra marca se terminarán venciendo (como sucede con muchos alimentos en mi casa por no ser consumidos) y los va a tener que terminar tirando a la basura. Su respuesta fue que prefiere tirarlos antes de arriesgarse a tomar algo de una marca que no conoce. Cabe aclarar que estos jugos en cuestión de la marca BC La Campagnola, osea una primera marca y que no son nada baratos comparados con los Arcor o Tang. Entonces le cuestiono su postura y le digo: "¿Así que preferís tirar a la basura algo con tal de no probar algo que no conocés? Y que encima con lo que cuesta todo ahora, no nos podemos dar el lujo de tirar cosas por capricho." Separé igualmente el jugo para prepararlo. ¿Su reproche? Que la reté en vez de decir las cosas de manera delicada. Es mi madre, y todavía después de 37 años de haberme parido no sabe que la delicadeza no es parte de mí.

"Congelada" una vez más

Anoche ví Frozen por quinta vez. Solo que esta vez fue en casa, en la laptop y con mi mamá. La copia HD de iTunes sirvió como chupete mental hasta que el bluray salga a la venta, cosa que desconozco cuando lo hará acá en Argentina y dado que la posibilidad de comprar la versión americana por ahora luce casi imposible, bueno me conformo con la versión digital.
No voy a entrar en detalles sobre las voces originales en inglés que obviamente amé, porque para eso haré un análisis aparte. Este posts es más que nada una manera de dejarme un recordatorio personal de que además de continuar con mi investigación sobre las versiones de las canciones en los distintos idiomas y qué criterios se utilizaron a la hora de la traducción, también hay otras cuestiones que me gustaría analizar en profundidad y que no voy a hacer ahora.
Al fin logré acomodar en mi cabeza lo que en un principio cuando vi la película por primera vez me había "molestado" sobre los padres de Elsa y de Anna. La primera impresión fue de que ellos en cierta medida fueron culpables del trauma de Elsa, de sus miedos e inseguridades y que para efectos no la prepararon para enfrentar sus desafíos sino más bien la educaron para esconderse. Conforme vi la película las demás veces, me dí cuenta que en realidad ellos no lo hicieron con malas intenciones, sino que no sabían como lidiar con una hija con esos poderes y a lo único que pudieron recurrir para protegerla fue al encierro y al aislamiento, algo bastante común si tenemos en cuenta el contexto histórico (siglo XIX) y social. Anoche volví a la impresión inicial que había tenido y si bien reconozco que lo que hicieron fue por amor, eso no quita el hecho de que a ambas chicas en cierta medida les arruinaron la infancia y no les dieron elementos para que cuando quedaran solas pudieran enfrentar el mundo. Podrán decirme que si no hubiese sido así no hubiese habido conflicto y por ende no había historia ni película, pero eso no quita que uno no pueda analizar las conductas y decisiones de los personajes y sus consecuencias para con la historia. Creo que los guionistas no solo buscaron transmitir como mensaje central el amor fraternal, sino mostrar toda la dinámica de los vínculos familiares y como una decisión o una actitud que se toma ante una situación puede marcar de por vida a alguien.
El mensaje no es solamente para los chicos, para que aprendan a valorar los vínculos fraternales sino también para los padres, para que vean que tener un hijo especial requiere aceptación primero de parte de ellos para que ese niño pueda aceptarse a sí mismo y luego ser aceptado por su entorno. Esconder, encerrar, reprimir, sobreproteger pueden parecer las opciones más lógicas y quizás desesperadas ante situaciones difíciles, porque un padre siempre va a querer evitarle sufrimiento a su hijo, pero hay que saber ver que a largo plazo lejos de salvarlos del sufrimiento se los condena a una pena y carga mucho más grande.
Como dije, este post es más bien una forma de acordarme de realizar un ensayo sobre esa parte específica de la historia, sobre el rol que los padres de Elsa y Anna jugaron en las vidas de ellas, sin juzgarlos porque se entiendo que lo hicieron pensando en lo mejor para las hijas, pero lo hicieron con miedo y ya sabemos que el miedo puede ser el peor enemigo.