Aquellos que me conocen íntimamente saben que soy una persona muy insegura, principalmente en lo que respecta a mi autoestima y logros personales. Arrastro bastantes frustraciones y un área mayormente afectada es la creativa que incluye tanto la parte artística: dibujo, pintura, diseño, como la escritura. Sin embargo, esta última no está tan vapuleada como la primera.
Toda mi vida tuve inclinación para el dibujo, de chica copiaba muy bien y aun lo sigo haciendo y si tenía que ponerme sola me costaba bastante pero lograba sacar algo decente. Cuando terminé la secundaria y se me despertó el interés por los comics, fui a varios talleres de dibujo donde aprendí a mejorar mi estilo y algunas técnicas. Mi gran problema reside en mi falta de dedicación o vagancia, o ambas cosas. A veces me pregunto si realmente tengo imaginación y creatividad, pero luego recuerdo que todos la tenemos, solo hay que entrenarlas y no reprimirlas.
Cuando me decidí a dejar inconclusa la carrera de diseño gráfico y empezar el traductorado de inglés, corté violentamente con todo lo artístico y creí que era una etapa superada. El año pasado cuando empecé a salir con Vero, todo eso que creía enterrado resurgió. Ella es una persona muy creativa y también inquieta. A diferencia de mí, no se preocupa si las cosas le salen bien o mal de entrada, simplemente prueba, experimenta, juega y en medio de todo eso logra resultados muy copados y geniales. Cuando empezó a estudiar la carrera de cine de animación, a mí se me terminó de revolver eso que tenía reprimido por años y desde ese entonces mi lado creativo y artístico empezó una batalla dentro de mí por querer salir. Pero como sucede a menudo, las cosas no suelen salir por el lado que deben y más cuando encuentran todas las salidas cerradas, entonces comienzan a buscar caminos alternativos.
Desde que comenzó este año esa lucha a veces se ha convertido en batalla campal, donde siento que no sirvo, que todo lo que hago lo hago mal (siempre hablando en el plano artístico) y yo misma tiro abajo mis propios trabajos. Vero por el contrario, tiene más fe en mí que yo y en cierta medida ha tratado de empujarme para que salga de ese domo de autoflagelación emocional y negativa. Todo esto no se debe solamente al hecho de que tengo esas fuerzas en pugna por salir de mi interior, sino que además estoy haciendo frente a las frustraciones y haciéndome cargo de que si en el pasado no logré concretar ciertos objetivos y sueños, no fue porque el mundo conspiró en mi contra sino porque yo no me ocupé de ponerle garra. Y el hacer consciencia de todo eso genera una mezcla de enojo, impotencia y frustración que se suman a la que ya venía de antes.
Por lo tanto, he tenido varios episodios críticos en los que lamentablemente he involucrado a Vero. Admito que por momentos me he sentido celosa y hasta envidiosa de su talento en vez de sentirme orgullosa y aprender. Quizás eso también es parte de todo el proceso de enojo, desencanto y demás emociones negativas que implosionan adentro mío.
El último episodio crítico lo tuve este lunes que pasó, después que me agarrara una gran frustración porque un dibujo que pinté con lápices acuarelables no quedó como yo quería. A todo esto, el dibujo que pinté fue fruto de otro ataque de frustración que había tenido un par de semanas atrás, cuando estaba con la cuestión de que soy buena copiando pero no creando, y que ni siquiera sé dibujar de memoria los personajes que he copiado muchas veces. De todo esa explosión nació este dibujo de Elsa de Frozen que hice de memoria en un ataque de querer demostrarle a mi yo negativo que en realidad puedo.
Obviamente no quedé conforme con el resultado porque no me salió como la
original, pero contrario a lo que yo pensaba, todos los que la vieron
dijeron que estaba muy buena y que tenía mi estilo. Eso me levantó el ánimo y decidí calcarla en una cartulina para pintarla con lápices acuarelables, cosa que jamás había hecho en mi vida. Entonces el domingo pasado me instalé en mi "estudio" en la casa de mi papá y me puse pintar. Uno de mis mayores problemas cuando pinto/dibujo es mi falta de paciencia y que por hacer las cosas a los apurones termino haciendo lío, porque como dice el dicho "las cosas apuradas salen mal". Lo terminé de pintar el lunes, y no quedé conforme para nada con el resultado, porque además de no saber pintar tampoco sé sombrear y no tengo idea alguna del volumen, luz y sombra.
Vero, mi novia, me dijo que para ser la primera vez que pinto con esta técnica no estaba mal. Depende cómo lo mire a veces me parece un horror y otras me parece pasable. El mismo lunes después de terminar este dibujo, agarré una fotocopia que había hecho del mismo dibujo y probé de pintarla con marcadores. Nunca me llevé bien con los marcadores, digamos que nunca me llevé bien con ninguna técnica de pintura. Hace unos meses había estado practicando pintando con marcadores unos dibujos de unos libros de pintar y lo que no me gustaba era que se notaba mucho el trazo y las líneas y me daba esa sensación de desprolijidad. Vero me había explicado que trabajar con marcador requiere paciencia y práctica, porque hay que pintar línea por línea en el mismo sentido así queda un trazo parejo. Pero como hablarme de paciencia y práctica a mí es como hablarle de paz mundial a un talibán, seguí sin hacer caso. Como puede apreciarse, el dibujo que pinté con marcador no solo parece hecho por una nena de 5 años sino que además esa nena parecía estár poseída por algún demonio.
Esto me generó más enojo y frustración y derivó en una acalorada discusión con Vero donde me dijo de manera bien directa que estaba cansada de mis berrinches y de que no moviera un dedo para mejorar, y que ella por su parte ya se había cansado de intentar hacerme crecer. De vez en cuando necesito esas cachetadas virtuales para que me hagan aterrizar en la realidad, pero esta vez comprendí al fin que tiene que ser la última porque sé que la voy a terminar hartando de verdad. El mal humor me duró hasta la mitad del martes que cuando noté que cualquier cosa me hacía enojar, me metí en la cama y dormí profundamente durante 3 horas. Me levanté mucho más tranquila y predispuesta a poner en práctica lo que Vero me había explicado y mostrado con algunos videos de youtube sobre cómo pintar con marcadores. A la mañana había sacado fotocopias de algunos dibujos de los libros de pintar para poder practicar.
Elsa y Anna están en papel ilustración brillo de 100 grs y la verdad es una delicia pintar con marcadores en ese papel, porque el trazo se desliza sin problemas y resultado final parece impreso, además al ser satinado no absorbe mucho la tinta y por ende hace durar más los marcadores. Digust de Intensa Mente está en papel chambril opaco de 150 grs. Si bien me gustó el resultado final, acá sí se notan más las líneas de los trazos y no pude mezclar los colores por capa como lo hice con el papel ilustración.
Al fin estoy entendiendo, tal como Vero me dijo, de que al arte hay que sentirlo y tiene que ser algo que se disfrute. Desde que me puse a jugar y experimentar el martes hasta hoy, estoy descubriendo nuevas maneras de conseguir los tonos que quiero y voy probando diferentes soportes para ver con cual me siento más cómoda o se adecúa a lo que busco. Practicar con los libros de pintar es cómodo porque me focalizo solo en el color y no tengo que pensar en dibujar algo para probar cada técnica.
Ahora estoy tranquila, pero me cansé de que los brotes de creatividad surjan de crisis violentas, porque no es ameno para mí ni para quienes me rodean. Seguiré experimentando, a ver si de tanto pintar me inspiro para dibujar también.
Vero, amor, sé que te hice enojar y te pido perdón, pero realmente quiero agradecerte el que con muho esfuerzo y paciencia hagas de mí una persona mejor cada día.